Costos de calidad en organizaciones: definición, tipos y cómo reducirlos

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Los costos de mala calidad representan un gasto oculto que puede consumir entre el 5 % y el 40 % de los ingresos de una organización. Surgen cuando un producto o servicio no cumple con los estándares establecidos, obligando a reprocesar, reparar o compensar al cliente. Identificarlos y reducirlos es clave para mejorar la rentabilidad y la reputación empresarial.

¿Qué son los costos de mala calidad?

Los costos de mala calidad —también llamados costos de no calidad— son aquellos que una empresa asume cuando no se cumplen los requisitos de calidad internos o los exigidos por el cliente. Esto implica reprocesos, desperdicios, devoluciones o pérdida de ventas.

Según Juran (citado en Valenzuela, 2015), estos costos pueden oscilar entre el 5 % y el 40 % de las ventas, lo que los convierte en un factor crítico para la competitividad.

Resumen: Son gastos derivados de errores, fallos o incumplimientos que afectan la satisfacción del cliente y la eficiencia operativa.

Tipos de costos de mala calidad

1. Costos por fallos externos

Se generan cuando el defecto es detectado por el cliente, después de que el producto o servicio ha sido entregado.

Ejemplos:
• Ventas perdidas por insatisfacción.
• Garantías y devoluciones.
• Descuentos por defectos.
• Atención de PQRS (Peticiones, Quejas, Reclamos y Sugerencias).

2. Costos por fallos internos

Ocurren cuando el error se detecta antes de que el producto llegue al cliente.

Ejemplos:
• Desechos y desperdicios.
• Subutilización de equipos.
• Reprocesos y re-inspecciones.
• Reparaciones y rechazos.
• Tiempo improductivo por defectos.

Cómo reducir los costos de mala calidad

La clave está en transformar los costos de no calidad en costos de calidad, invirtiendo en prevención y evaluación para evitar errores antes de que ocurran.

Estrategias efectivas:

Dato clave: A medida que aumentan las inversiones en prevención y evaluación, los costos por fallos internos y externos tienden a disminuir.

Costos de calidad: la inversión que evita pérdidas

Los costos de calidad son recursos destinados a garantizar que un producto o servicio cumpla con los estándares establecidos, evitando así los costos de mala calidad.

Ejemplos de costos de calidad:

Resumen: Invertir en calidad no es un gasto, es una estrategia para aumentar la rentabilidad y la satisfacción del cliente.

¿Qué son los costos de mala calidad?

Son los gastos que surgen cuando un producto o servicio no cumple con los estándares de calidad, generando reprocesos, devoluciones o pérdida de clientes.

Se dividen en fallos internos (detectados antes de la entrega) y fallos externos (detectados por el cliente).

Implementando mejora continua, capacitación, control de procesos y evaluación constante de proveedores y productos.

Porque previenen errores, mejoran la satisfacción del cliente y aumentan la competitividad.

Los costos de mala calidad son un enemigo silencioso de la rentabilidad. Detectarlos, medirlos y reducirlos mediante inversión en calidad es una estrategia que no solo mejora los resultados financieros, sino que fortalece la reputación y la fidelidad del cliente.
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